Robert Gurney: La Libélula y otros poemas



Robert Gurney
La Libélula y otros poemas. The Dragonfly and Other Poems.  
Libro bilingüe. Lord Byron Ediciones, Colección Prometeo Desencadenado. 2013


Presentación del libro. Madrid, España
Robert Gurney, Leo Zelada, Ian Gibson



Ramón Minieri, Río Colorado, Argentina, 2014
Sobre el libro La libélula y otros poemas/ The Dragonfly and Other Poems de Robert Gurney

The Dragonfly viene a volar sobre este idioma
que aprendí de mi madre
se refleja su imagen, es una libélula
una balanza de encaje
tan atenta, que puede sopesar el suspiro
de alguien, que acaso ya no está.

La libélula reflects in English
the language in which his mother
spoke to Bob Gurney
his mother
who saved him from the bombers.

It reflects a dragonfly
a friendly monster
coming from the sky of times
to gather up
moment after moment.

La libélula de Bob, the dragonfly
nunca cierra sus alas bilingües
nunca cesa de volar en dos mundos
no cesa de agitar los estanques

Las aguas se conmueven
la recitan

Asi sucede en esta mirada
de su amigo, en esta tarde
de su Patagonia.



Revisitando a Bob Gurney

Releyendo a Gurney, retorno a mi infancia y adolescencia. Mejor dicho, los lectores volvemos a esos tiempos idos.
A un tiempo plagado de ensueños, fantasías y recuerdos que se fusionan, que Bob fusiona en una alquimia fabulosa.
Aunque los pasajes, los datos, los lugares sean extraños para mí, como la segunda guerra y sus atrocidades, un sudamericano que se encuentra demasiado lejos del lugar donde transcurren esas historias, que componen y nutren su poesía, no soy ajeno a esas sensaciones, como supongo, no lo será ningún lector, que ávido de retornar un rato a su niñez, re-encontrará su propio yo, su verdadera esencia alterada por el paso a la adultez.
Tal vez allí, sin caer en falsas posturas o intrincados análisis, más propios de quien descuartiza un texto para su posterior autopsia, aberrante y sin sentido, uno descubre que la poesía, su poesía, es emoción tras emoción. Y allí está el notable valor de escribir sin impostura, sólo por el placer de hacerlo e intentar acercarle al lector, un poco de belleza, en este mundo atiborrado como un supermercado, de mercancías prescindibles.
Y suma a sus textos, la belleza muda e implacable de las fotografías de su padre.
Los dejo aquí, donde mis palabras ya no tienen mayor sentido, y me quedo con las palabras de Bob, en el poema “La vida” ( Life ), donde le contestan al autor que el pub donde John Bunyam vislumbraba el paraíso, se redujo a cenizas, que él recoge y convierte en poesía.
Y dejemos que Bob Gurney siga siendo la libélula de Luton.

Andrés Bohoslavsky, Argentina. Diciembre 2013




Reseña de la La libélula por Dr. M. R. Zabaleta:

Poesía alegre y transparente que se desgrana como un rezongo de bandoleón nocturno, y hace de una horma de madera un vívido recuerdo de un ser amado. Poesía que requiere de una imaginación sutil y romántica: he aquí un estilo nuevo de escribir memorias, pensé, mientras me adentraba en tarde gris en una luz distinta, leyendo La Libélula y Otros Poemas / The Dragonfly and Other Poems.
Luz que escapa los límites de lo conocido, y nunca tanto, sospecho, como en el poema ‘The Pram’. Palabras cortas, precisas, que describen un escenario espeluznante, atrapado en el candor de un momento que impulsa a querer abrazar al niño atrapado aun en la agonía de su joven madre. Cantarines versos, dulces recuerdos que han nacido para volver a recorrer el camino, ahora con sus dos hijos y sus dos nietos. Miembros ellos, junto con Paddy, de una familia a la que vine a conocer a raíz de mi pasaje por el Middlesex Politécnico de Londres, en 1989, reconvertido en 1992 en la Universidad de Middlesex.
Recuerdo aquella su sonrisa cálida y su mirada astuta, el día en que mi jefe me preguntó, en el pasillo que llevaba a la biblioteca en la sede de Trent Park, si usaba yo el subjuntivo. Dedicada como había estado hasta entonces, y por la mayor parte de mi vida, al estudio, práctica y/o enseñanza de la economía, y el resto del tiempo a la política y a la familia, no atiné a darle otra respuesta que un vago ‘sí, supongo’. Quedó dubitativo, pero – siempre muy educado – desvío el tema hacia otros usos idiomáticos regionales. Cariacontecido, como caballero que hubiese cometido falta.
Es que mi jefe era por entonces el Dr. Robert Gurney, a quien el alumnado tuteaba y llamaba, simple y muy afectuosamente, Bob. Es que el había creado un ambiente grato y relajado, que siempre me impresionó como un oasis, dada mi larga trayectoria por la almidonada vida académica de dos continentes. Siempre presto a ayudar, y jamás a criticar, el profesor Gurney se convirtió pronto para mí en un colega de gran estima y luego también en un buen amigo.
Bob persigue a la palabras en varias idiomas para trocarlas a veces en gramática, otras veces en novelas, cuentos y/o poesía. Creo que las castellanas le ejercen la misma atracción que yo sentía al apresar entre mis manos a los bichitos de luz. Su presencia ofrecía cercanía, contrastando con el interminable horizonte de la pampa húmeda, la llanura litoral adonde pasé mi infancia. Ocurre que Bob es un pescador del tiempo, que hizo de su vida este mundo, adonde su madre es estrella y su padre dibujantes de sueños. Que traspasa toda lógica para volar a conversar con su hermano, quien fue también un conocido poeta. Que regresa para hacernos confidencias, en este poemario de abigarradas imágenes y sofisticadas metáforas con que hoy nos regala.
Antes de jubilarse como docente, el Dr. Robert Gurney, Profesor Titular, gustaba de conocer de primera mano distintas modalidades idiomáticas regionales y/o nacionales del idioma español, y gozaba reconociendo sus facetas. Gran observador, de espíritu casi quijotesco, optó por rodearse de un conjunto de profesionales de distintas nacionalidades, personalidades y especialidades, logrando crear así – en el corazón mismo del Reino Unido, Londres – un grupo humano original por lo heterogéneo, avocado a la enseñanza del Español como Lengua Extranjera. Confluimos allí, cuidadosamente seleccionadas/os por Bob Gurney, casi una treintena de expertas y expertos en distintos aspectos del idioma y las culturas de España, América Latina y El Caribe. Fruto del esfuerzo colectivo por él ideado y liderado, en la primera década del Siglo XXI y a través de las estadísticas recopiladas por el periódico The Guardian, el Departamento de Español de Middlesex ocupó el primer lugar, al tope de todos sus similares en Inglaterra, Escocia y Gales.
Pero tal vez el Dr. Gurney lo ha olvidado ya. Porque como buen inglés, Bob practica además de la flema, la modestia. Es como si procurara, pienso, ocultar un tanto su brillante inteligencia. Con la que crea una poesía minimalista adonde descorre un mundo nuevo, invitándonos a recorrerlo en dos lenguas, espejo doble de un juego sin fronteras. Mostrando la madurez intelectual y afectiva de un autor que palpita al ritmo de su tiempo. Al poeta que trastoca la rutina cotidiana para transmutarla en un insaciable escenario de aconteceres mágicos.
Bello libro. Poesía pura y cantarina*.
Gran compañía. Cautivante lectura.
Altamente recomendado.Gracias, Bob

Review of The Dragonfly

Joyful and transparent poetry that you shell like a grumbling nocturnal bandoneón and one that creates from a wooden hat block a vivid memory of a loved one. Poetry that requires a subtle and sensitive imagination: this is a new style of writing memoirs, I thought, as I went deeper into the grey afternoon and a different light, reading La libélula y otros poemas, The Dragonfly and Other Poems.
Light escaping the limits of the known, and never more so, I suspect, than in the poem ‘The Pram’. Short, precise words that describe a hair-raising scene, captured in the clarity of a moment, make the reader want to embrace the child still trapped in the suffering of his young mother. Chant-like verses, sweet memories resurrected to retrace the path trodden, now with his two sons and three grandsons. Members they, together with Paddy, of a family that I came to know as a result of my career, starting in 1989, at Middlesex Polytechnic, London, which became Middlesex University in 1992. I remember that warm smile of his and that astute look, that day, when he, my head, asked me, in the corridor that led to the library on the main campus of Trent Park, if I used the subjunctive. Dedicated, as I had been until then, and for the greater part of my life, to the study, practice and/or teaching of Economics, and the rest of my time to politics and the family, I could do no other than confine myself to replying with a vague, “Yes, I suppose so”. He was unconvinced, but – always well mannered – he moved the conversation to other regional idiomatic uses of the language. With a sorrowful, regretful air, like a gentleman who had committed a faux pas.
As it happens, my head of department then was Dr. Robert Gurney, whom the students addressed familiarly, simply and affectionately, as Bob. The fact is he had created a pleasant and relaxed atmosphere, which always impressed me as an oasis, given my long trajectory through the stiff and starchy academic life of two continents. Always ready to help, and never to criticise, Dr. Gurney soon became for me a highly esteemed colleague and then also a good friend.
Bob pursues words in several languages to covert them at times into grammar exercises, other times into novels, short stories and/or poetry. I think Castilian words exercise the same attraction for him as I felt when capturing fireflies in my hands. Their presence offered nearness, a closeness that contrasted with the never-ending horizon of the temperate Pampa Húmeda region, the coastal plain where I spent my childhood. The fact of the matter is that Bob is a fisherman of time, who made of this world his life, in which his mother is the guiding star and his father the draughtsman of dreams. Who transcends all logic flying to converse with his brother, who was a famous poet. Who returns to open up his heart to us, in this book of poems of vivid images and sophisticated metaphors with which he delights us today.
Before retiring as an educator, Dr. Robert Gurney liked to get to know at first hand different regional and/or national idiomatic forms of the Spanish language and he enjoyed identifying their facets. A great observer, with an almost Quixotic spirit, he chose to surround himself with a body of professionals of different nationalities, personalities and specialisms, thus managing to create – in the very heart of the United kingdom, London – a human group that was original in its heterogeneity and dedicated to the teaching of Spanish as a Foreign Language. We came together there, carefully selected by Bob Gurney, thirty-odd men and women, experts in various aspects of the language and cultures of Spain, Latin America and the Caribbean. Fruit of the collective effort planned and led by him, in the first decade of the XXI century and through statistics compiled by the The Guardian newspaper, Middlesex Spanish Department occupied the first place, above all of its counterparts in England, Scotland and Wales. But perhaps Dr. Gurney has forgotten that already. For as a good Englishman, Bob practices, as well as phlegm or stiff upper lip, modesty. It is as if he were trying, I think, to hide a little his brilliant intelligence. With which he creates a minimalist poetry in which he unbolts a new world, inviting us to explore it in two languages, a double mirror of a game without borders. Showing the intellectual and emotional maturity of an author who beats to the rhythm of his time. Of the poet who subverts daily routine to transmute it into an incessant, unquenchable scene of magical happenings.
A beautiful book. Tinkling, lilting, pure poetry.
Great company. Captivating reading.
Highly recommended.
Thank you, Bob

Dra. Marta R. Zabaleta
Honorary Visiting Senior Lecturer,
Middlesex University, Londres.

*Cantarina. Es un adjetivo que se suele utilizar para referirse a las aguas de un arroyo límpido, como los de las Sierras de Córdoba, adonde pasé tantos momentos felices durante las vacaciones, cuando era una niña, porque mi mama las prefería al mar o las montañas, dados sus problemas circulatorios).
*It is an adjective often used to refer to the waters of a limpid stream, such as those of the Sierras de Córdoba, where I spent many happy moments during the holidays as a child because my mother preferred them to the sea or mountains given her circulatory problems).”

Marta Zabaleta, 10 de enero, 2014







Nikki Dalrymple - 2013

“A wonderful collection of memories, brilliant, well done, hope you receive some recognition for it.”


"Una maravillosa colección de recuerdos, brillante, bien hecho, espero que usted reciba algún reconocimiento por ello.”


Nikki Dalrymple, Ampthill, Bedfordshire, 20 October 2013. Nikki worked for Bedfordshire Link, Voluntary Action, Luton. 
Nikki trabajó para Bedfordshire Link, Acción Voluntaria, Luton.
  
*  *  *

Anne Allsopp (2013) on The Dragonfly

Anyone who grew up in Luton who picks up this poetry book will not want to put it down until reaching the end.  Each poem tells a story or describes a picture in just the right words and at just the right length.  The poem that gives the book its title, `The Dragonfly`, speaks of people like me who keep returning nostalgically to the places they remember, places that helped to make them who they are.  I really enjoyed this little anthology.

Anne Allsopp is the author of A History of Luton from Conquerors to Carnival, Crimson and Gold, Luton Modern School, Luton High School for Girls and Luton Technical School, The Education and Employment of Girls in Luton 1874-1924.

Robert Gurney en su despacho, Middlesex University, Londres, campus de Trent Park


Un viaje al interior del tiempo sin tiempo

“La Libélula y Otros Poemas” de Robert Gurney (Luton, Inglaterra, 1939) es una mirada retrospectiva a la infancia, adolescencia y juventud, como territorios perdidos, entremezclada con visiones oníricas atemporales. El poemario está escrito en inglés y en español. Robert Gurney tiene la rara habilidad de poder escribir en ambos idiomas directamente.
A veces describe paisajes de leyenda: Antes había sido / un jardín ornamental, / con un paseo de tinos / y secuoyas gigantescas / que más tarde yo utilizaría / como sacos de arena. Otras, mira la realidad a través de los ojos de un niño: Un niño se detiene en el umbral / de la tienda que vende diarios / en la Calle Langley, / en la parte antigua de Luton. Y ese niño puede sentir la emoción y el miedo de la llegada del circo: Dicen que podías ver elefantes y camellos / deambulando por la calle Georges / y la Plaza del Parque. Todo el poemario es un pasadizo que nos permite hacer un viaje en el tiempo hacia instantes en los que la sociedad se sorprendía por los pequeños acontecimientos locales, tangibles y cíclicos. Hay diminutas historias entretejidas con imágenes de sueño nacidas de la imaginación del poeta. Realidad y mundos oníricos forman un todo complejo inextinguible que estimula a despegar y volar más allá de la rutina cotidiana.
La emoción de revivir instantes casi fotográficos: Al anochecer marchábamos penosamente / bajo los candelabros de los castaños de Indias, /  los pies nos pesaban como plomo.    
A través de esta mirada poética-visual Robert Gurney nos hace reflexionar sobre nuestra sociedad moderna: Siempre que el Ayuntamiento / instala una cámara de circuito cerrado / una pandilla de los habitantes del barrio / la quema y queda reducida a cenizas.
Y…esos ínfimos detalles que hacen que una ciudad tenga identidad propia como cuando describe cómo la leche se congelaba en los inviernos.
En ocasiones los versos de Gurney se deslizan al género fantástico: Nunca plegaba las alas / ni siquiera cuando se posaba. // En Luton soy esa libélula. Y las horas pasan también en los tres relojes que dan título a uno de sus poemas en el que aparece el juego de deshojar margaritas en varios idiomas, mostrando cómo los juegos amorosos participan de algunos arquetipos del inconsciente colectivo comunes a todas las culturas.
El poemario convierte la vida en Luton en una experiencia universal y, al mismo tiempo, las reflexiones sobre el inmenso número de galaxias que existen en el cosmos son integradas en el costumbrismo dibujado con pinceladas sugerentes y precisas.
Hay claras influencias de la generación beat en su modo de narrar los sucesos, a veces de un modo coloquial y con diálogos que recuerdan a los cortometrajes. También el simbolismo de los cuentos infantiles asoma en el libro como por ejemplo en el poema titulado: “El señor de los conejillos de Indias”.
En la poesía de Robert Gurney podemos, como lectores, bucear e inundarnos de una estética y estilo muy cuidados y también sumergirnos en un mundo surrealista, onírico y fantástico que nos permite enlazarnos a otras realidades que están en esta, aunque con frecuencia se nos olviden.
Otros aspectos a destacar son las maravillosas fotografías en blanco y negro que ilustran el libro y el impecable diseño de la portada. Nos encontramos ante una obra indispensable para los amantes de la poesía en lengua inglesa. Edición bilingüe en inglés y español íntegramente realizada por el autor. Todo un lujo de lectura.

Ana Muela Sopeña, poeta. Bilbao, 3 de noviembre de 2013.


Pedidos: bob@verpress.com


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Analía